
Por Reilly, SafeHouse Graduada, Madre, Estudiante de Universidad y una Mujer Increible
Te diré, antes de llegar a SafeHouse, mi vida estaba en ruinas, y despertarme en habitaciones de motel infestadas de cucarachas era la parte de la vida diaria. Por otra parte, no siempre me despertaba, porque en primer lugar nunca me dormí. Use metanfetaminas y me prostituia; al principio, pensé que la prostitución iba a ser un gran comienzo para alcanzar una vida de riqueza y éxito que realmente quería. Pensé que iba a ser el comienzo de la vida que toda persona que creció en pobreza hubiera deseado, no lo fue. En cambio, descubrí que todo lo que haces en esa vida desaparece tan fácilmente como aparece, es como una trampa; cuanto más ganas, más pierdes de ti mismo. Apenas podía recordar mi nombre y finalmente me perdí, no tenía nada, ningún lugar adonde ir y no quedaba nadie a quien llamar. Llegué al punto en que indudablemente creía que no había más opciones para mí y pensé que nunca saldría de esa vida.
De alguna manera pude dejar las drogas, pero no estoy segura de que hubiera podido mantenerme limpia por mi cuenta ya que todavía estaba muy involucrada con la prostitución. Una serie de lo que parecían eventos universalmente diseñados me llevaron a SafeHouse, no creo que pueda poner en palabras el milagro que fue ser aceptada en la residencia.
¡Fue increíble! ¡El momento fue perfecto! No podría haber estado más desesperada y sin vida que cuando estaba siendo entrevistada, me llevaron en esa noche. Luego tuve la oportunidad de volver a aprender libremente cómo ser un miembro funcional de la sociedad nuevamente. SafeHouse me enseñó cómo mejorar en todos los aspectos de mi vida, aprendí cosas como la planificación de comidas, el ahorro de dinero y las formas adecuadas de responder emocionalmente a diferentes situaciones. No era el lugar más fácil para vivir, pero cambiar los hábitos nunca es fácil. Me siento increíblemente bendecida de ser una de las pocas mujeres en el mundo que han llegado a formar parte de este programa, me cambió la vida.
Hoy, tengo una niña increíble que siempre me anima y soy una estudiante universitaria que asiste a la universidad local donde vivo. Tengo una vida; mejores relaciones, mejores hábitos, y me siento una mejor persona. He encontrado interés en el ejercicio, la alimentación saludable, la meditación, la fotografía y la espiritualidad. Continué llevando a cabo muchas de las habilidades aprendidas a través de SafeHouse, como objetivos profesionales realistas, mantener mi hogar limpio, cocinar comidas saludables y llegar a tiempo a mis citas. Soy más capaz de manejar desafíos, y he desarrollado un nuevo amor por la vida misma.
Te diré, antes de llegar a SafeHouse, mi vida estaba en ruinas, y despertarme en habitaciones de motel infestadas de cucarachas era la parte de la vida diaria. Por otra parte, no siempre me despertaba, porque en primer lugar nunca me dormí. Use metanfetaminas y me prostituia; al principio, pensé que la prostitución iba a ser un gran comienzo para alcanzar una vida de riqueza y éxito que realmente quería. Pensé que iba a ser el comienzo de la vida que toda persona que creció en pobreza hubiera deseado, no lo fue. En cambio, descubrí que todo lo que haces en esa vida desaparece tan fácilmente como aparece, es como una trampa; cuanto más ganas, más pierdes de ti mismo. Apenas podía recordar mi nombre y finalmente me perdí, no tenía nada, ningún lugar adonde ir y no quedaba nadie a quien llamar. Llegué al punto en que indudablemente creía que no había más opciones para mí y pensé que nunca saldría de esa vida.
De alguna manera pude dejar las drogas, pero no estoy segura de que hubiera podido mantenerme limpia por mi cuenta ya que todavía estaba muy involucrada con la prostitución. Una serie de lo que parecían eventos universalmente diseñados me llevaron a SafeHouse, no creo que pueda poner en palabras el milagro que fue ser aceptada en la residencia.
¡Fue increíble! ¡El momento fue perfecto! No podría haber estado más desesperada y sin vida que cuando estaba siendo entrevistada, me llevaron en esa noche. Luego tuve la oportunidad de volver a aprender libremente cómo ser un miembro funcional de la sociedad nuevamente. SafeHouse me enseñó cómo mejorar en todos los aspectos de mi vida, aprendí cosas como la planificación de comidas, el ahorro de dinero y las formas adecuadas de responder emocionalmente a diferentes situaciones. No era el lugar más fácil para vivir, pero cambiar los hábitos nunca es fácil. Me siento increíblemente bendecida de ser una de las pocas mujeres en el mundo que han llegado a formar parte de este programa, me cambió la vida.
Hoy, tengo una niña increíble que siempre me anima y soy una estudiante universitaria que asiste a la universidad local donde vivo. Tengo una vida; mejores relaciones, mejores hábitos, y me siento una mejor persona. He encontrado interés en el ejercicio, la alimentación saludable, la meditación, la fotografía y la espiritualidad. Continué llevando a cabo muchas de las habilidades aprendidas a través de SafeHouse, como objetivos profesionales realistas, mantener mi hogar limpio, cocinar comidas saludables y llegar a tiempo a mis citas. Soy más capaz de manejar desafíos, y he desarrollado un nuevo amor por la vida misma.